El verano puede parecer una de las peores épocas para las protectoras de animales, ya que es la época en la que más abandonos se producen, aunque lejos de lo que se piensa, estos ya no son algo exclusivo de la época estival. Por desgracia el número de abandonos sigue creciendo cada año, y son necesarias cada vez más medidas que eviten que esta practica continúe extendiéndose.